Como locutora de un programa de radio nocturno de Seattle, Georgia Lamont estaba acostumbrada a tener admiradores secretos. Su cálida voz llegaba a los corazones solitarios en mitad de la noche, pero aquella nota acompañada de una rosa la había asustado. «Entonces serás mía». Aquello no sonaba nada bien. El investigador privado Pierce Harding, admirador […]